The time is gone, the song is over...

martes, 8 de diciembre de 2009


Los días han pasado literalmente volando. Cuando tengo un poco de tiempo escucho a Noir Desire; mientras me visto, mientras hago mi cama, mientras me lavo los dientes.

Siento satisfacción por mis logros, una importante parte de mi está feliz. Sin embargo, otra parte se deshace sin remedio, es una sombra solitaria que ronda cuando no tengo con quien compartir.

Nunca estuve tan arriba; nunca viví tanta gloria en mi juventud. Veo el rencor en los ojos de algunos, veo el agradecimiento en la bondad de otros. Nunca jugué mis cartas tan bien.

¿De qué están hechos los sueños? Parecen figuras luminosas recorriendo mi imaginación; corazones incendiados; un contexto alternativo rozando el límite de la ficción.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Yan Tiersen - A Ton Étoile

El viernes fue mi último día de clases. Ahora quedan sólo unos cuantos exámenes para considerarme una feliz egresada de Periodismo. No quiero ponerme nostálgica, pero debo decir que los últimos cinco años pasaron rápido. Sin embargo, estoy ansiosa por salir, por empezar a aplicar lo aprendido.
El estrés se disipó después de saltar dos veces de la torre de diez metros de altura que ocupan los paracaidistas para practicar y luego de disparar 30 tiros con un fusil. No es que haya sido lo necesario, pero la descarga adrenalínica fue un regalo para mi psique.
Ahora a trabajar en lo que queda, esperar a ver cómo termina el año...

viernes, 6 de noviembre de 2009


Cuando el tiempo escasea, la única opción para sobrellevar los retos es priorizar. Al priorizar, sin embargo, se dejan de lado cuestiones importantes; como la salud, los problemas personales y el esparcimiento. La medida es asimétrica, la necesidad así lo exige.

No obstante, a veces creo que este pseudo sacrificio (son opciones, siempre son opciones) me lleva a caer en la brutalidad y me pregunto qué es lo realmente importante, me pregunto si mis elecciones me harán feliz.

Odio dudar de mi misma, no de mis capacidades, sino que de mi estabilidad, de mi entereza moral y espiritual para enfrentar todos los retos que se me presentan. Quisiera contar con más apoyo, pero pronto recuerdo que hay muchos velando porque pueda alcanzar mis sueños.

Tengo un problema de principios, tengo miedo de no poder mantenerlos en pie, no poder vivir de acuerdo a ellos y pecar, ser insegura y pecar. Floto en una nebulosa gris, entre lo bueno y lo malo, entre el presente y el pasado, entre lo que quiero y lo que es bueno para mí.

¿Es malo esperar que aparezca alguien que me reafirme las convicciones? Lo tengo claro, depende de mí únicamente ser eso que quiero ser. Necesito con urgencia un transplante de órganos vitales, comenzando por la piel y el corazón.

jueves, 8 de octubre de 2009


¡Qué días! Una semana de carreras y poco sueño, pero productiva y gratificante. Hoy, después de tanto tiempo, y aún llena de cosas pendientes, me doy un pequeño tiempo para compartir lo que me pasa por la mente. No añoro dormir, quisiera no tener que hacerlo y poder realizar mis proyectos sin cansancio, mis tareas sin pensar en el desgaste, sin perder lucidez. No hablo de drogas que me dejen hacerlo, sólo imagino un estado idílico de producción intelectual a full.

Se termina el año, avanza y siento que estoy sentada sobre un trompo que gira y gira, pero sin marear. Casi todo va bien, principalmente en los estudios; además, ya conseguí una buena práctica. Pero nunca logro disfrutar al cien las buenas nuevas, algo falta. Supongo que, en parte, por no poder compartirlo, que no sirva para complacer o enorgullecer a nadie más que a mí y a mi familia. Espero una decisión, espero un sí (incluso un no), pero algo que me invite a enfocar mis metas a la búsqueda de la felicidad.

Seguiré de cabeza.

miércoles, 16 de septiembre de 2009


Las yemas me arden, el corazón late fuerte, tengo ansias. Lo único que realmente quiero no lo tengo y, cuando lo estoy alcanzando, una vez más me equivoco y lo pierdo. Nunca antes quise tanto creer en algo como ahora; un dios, un mito, un antepasado; lo que sea con tal de que me de fuerzas para ser yo y no otra. Quiero creer en algo superior, capaz de juzgarme y lavar mis pecados; que con algo tan simple como una penitencia pueda obtener su misericordia.

Esto de ser de tierra... puedo crear belleza con mis manos, de mí nacen palabras inspiradas por lo sensible, por el calor del sol, por la frescura del agua... pero a veces soy sucia, a veces estoy tan reseca que me desmorono, a veces lo cubro todo de forma oscura. Dame un ejemplo de perdón y lo haré tan mío que de mí no habrá más que lealtad. Muéstramelo y volveré a ser capaz de apostar la vida por lo que creo...

martes, 25 de agosto de 2009


¿Dónde está Londres36? no me las doy de fénix, sino que de cucaracha... escribiendo cuentos y cultivando el intelecto... cosas buenas, todo por ser más feliz para el Bicentenario...

miércoles, 5 de agosto de 2009

Happy endings are for stories that have not ended yet


¿Cómo se explica la vida sino como una correlación de hechos sin sentido aparente? Por ahí dicen que todo pasa por algo, pero yo creo que somos nosotros los que hacemos que pasen las cosas. Nos equivocamos, es cierto, pero ¿Cuál es el límite antes de llegar al espanto? ¿Hasta dónde debemos perdonar antes de caer en la estupidez?

¿Me endurecerán los años? ¿Perderé la capacidad de sentir? ¿Hasta cuándo creeré en la intrínseca bondad humana? Tengo que abstenerme de cometer locuras para satisfacer mi sed de venganza, debo tragarme la amargura para no caer tan bajo como los que me traicionan; debo ser más, porque es lo que soy.

No seguirle el juego a los que se ríen de mí parece una tarea imposible a veces. Tengo tantas ganas de amar que se me llega a olvidar lo que ha sido mi vida. Me dices que escribo cosas personales en el blog, pero realmente no lo son. Esto es sólo la costra de una herida profunda, llena de pus, que me pudre hasta el alma...

Me quedé sin escapismos, sin pilares, sin un pecho sobre el cual apoyar mi cabeza y oír su corazón. ¿A qué precio se tranza el amor cuando es inconmensurable?

Who the Fuck - PJ Harvey

jueves, 16 de julio de 2009


Se acabó el semestre. Me siento rara. Pero no es por la universidad; todo aprobado, nada pendiente. Tiene que ver con mis proyectos futuros, con la misma recurrente incertidumbre; con los mismos sentimientos encontrados. No debería ser tan públicamente sincera, pero estoy en una especie de corral que me protege y me agobia, que me gusta y no me gusta.

Estoy cansada de dar explicaciones sobre mi comportamiento; mi corazón se enciende como una ampolleta, pero mi mente se vuelve de cartón. Quiero ser feliz y yo misma soy el mayor obstáculo; soy un especímen dual que se enfrenta a sí mismo, los dos lados con la misma fuerza, la pelea no termina jamás.

Pobre del que se meta en medio, pobre del que se encariñe con el monstruo de dos cabezas, porque nunca sabrá a quién tiene en frente ¿Cuánto dura la paciencia? ¿Existen los inocentes? ¿Se puede amar a dos seres de rostro igual?

Tengo hambre de retos; ya no quiero sentir la fatiga, el cansancio, la tristeza de antes; me da miedo no saber hacerme respetar. No me atemoriza el mundo, mi enemigo está cerca, lo tengo acorralado...

lunes, 15 de junio de 2009


Si tuviera que definir en qué consisten las próximas semanas, comenzaría diciendo que no son, en absoluto, aptas para cardíacos. Bienvenidos serían los adictos a la adrenalina y yo, que no estoy precisamente en ese grupo, vivo tanto la excitación como el sufrimiento de estos días rápidos y estresantes.


Feliz con lo que hago, pero angustiada por la falta de tiempo y la presión. Supongo que muchos se sienten igual; aunque claro que existen las excepciones envidiables de aquellos que parecen vivir en un eterno relajo. Para bien o para mal, mi actitud perfeccionista me juega en contra cuando cumplir con los plazos es el primer objetivo.


En suma, mis palabras serán pocas; como ha sido la triste tónica de 2009. Espero que las vacaciones sean un buen momento para crear y dejar fluir todo lo que, por ahora, debo mantener adentro; soltarlo sería desatar pasiones que no sirven para actuar con eficiencia.


¿Dónde está el corazón de Londres36? ¿Cuáles son sus proyectos? Difícil de responder, difícil de afrontar y no hay tiempo para vaguedades. Hoy por hoy, basta sólo cumplir con las metas a corto plazo para hacerme feliz…

martes, 2 de junio de 2009


No ha sido flojera ni nada por el estilo. Han pasado las semanas y resulta que ya estamos a mitad de año. Hay una cuenta regresiva y el tiempo es un bien limitado. Algún día de estos me dedicaré sólo a imaginar, tomaré nota de todo eso que no puedo exteriorizar de otra forma; eso que no pienso, sino que fluye directamente a las yemas de mis dedos.

Aparece ante mis ojos una bifurcación. Sin embargo, no sé distinguir cuál es el camino largo y cuál el corto. Tengo tiempo para pensar; además la prudencia me dice que no debo ilusionarme con lo desconocido. Elegiré al azar, pensando sólo en la decisión que me haga más feliz en ese momento; no por idiotez, sino que por incertidumbre.

Tengo que hacerme un plan de acción; una lista de sueños a alcanzar. Pero no quiero; me gusta cómo suenan las tablas de este puente cuando me subo a la baranda, el ruido del agua caudalosa, la emoción de llegar al otro lado…

martes, 14 de abril de 2009


Londres36 comenzó la terapia. Y la terapia consiste en hacer lo que se debe y no necesariamente lo que se quiere (el libre albedrío es peligroso). Hacerse cargo y aplicar voluntad para encontrar tranquilidad al final del día.

Primero: Levantarse a las 7am y poner la radio para escuchar las noticias.

Segundo: Desayunar cereales, lácteos, frutas y una taza con una cucharadita menos de café (suelen ser dos tazas con más de dos cucharadas)

Tercero: ponerse buzo y partir al gimnasio. Pasar 35 minutos haciendo cardio y otros veinte en las máquinas (las endorfinas te hacen feliz). Toda esta actividad acompañada por la mejor selección musical.

Cuarto: Hacer trámites varios (como pagar los gastos comunes... shit! lo había olvidado)

Quinto: Pasar todo el día haciendo trabajos varios con mi grupo de estudio. Claro que dejando espacio para reír, conversar, comer y tomarse un soft drink al final.

Sexto: escribir en el blog para que los seguidores de éste se queden tranquilos y no piensen que Londres36 piensa recostarse en un sillón y hablar pelotudeces a un señor que va tomando apuntes (con terapia me refería a un estado de introspección y autorregaloneo)

Séptimo: El plan es llegar a casa a limpiar y así renovar el ambiente, el ánimo y la energía.

Octavo: Tomar en cuenta el consejo de Willy Wonka y comer chocolate (porque da la sensación de estar enamorado)

Podría incluir más ítems en la 'terapia', pero las actividades se circunscriben a las posibilidades...

lunes, 13 de abril de 2009

Llevo ene rato tratando de escribir algo para actualizar Londres36. Sin embargo, sólo consigo escribir tonteras existencialistas. Tengo que recuperar este espacio, pero no quiero escribir sólo por llenarlo. Hay mil cosas sobre las que no he escrito, pero necesito que se den ciertas condiciones ambientales y temporales para hacerlo.

Me están poniendo en aprietos, me estan haciendo pensar más de la cuenta, me estoy poniendo nerviosa por razones absurdas. ¿Será que Londres36 necesita terapia? Y de ser así, ¿qué tipo de terapia? En todo caso, me niego a relajar la mente, me niego a descansar, me niego a dejar de sentir...

martes, 31 de marzo de 2009

- Uh Huh Her -





De cabeza en último año. Nerviosa, feliz, con ganas de que pase rápido. Que bueno que este espacio es de orejas, que bueno que es una extensión de mi memoria. Ojala tuviera ojos y boca y manos. Repito en voz alta mis prioridades para asimilarlas como reales; escribo lo que pienso realmente, porque necesito gritarlo.

2009 podría ser el año en que termine siendo más libre, más preparada y menos sola. Pensar antes de actuar, pensar antes de actuar, pensar antes de actuar. No me afecta el pudor, ni la culpa, sólo un poco la conciencia cuando trata de ordenar lógicamente mis ideas.

sábado, 7 de marzo de 2009

Última semana de vacaciones. Última semana para estudiar Política Nacional. Estaré en eso, así que prometo escribir sobre Valdivia y otras cosas que tengo en mente terminado este período. Mientras tanto recen por mí, prendan velas y pongan de cabeza a sus santos... yo, que no creo mucho en milagros, me dedicaré a leer y memorizar.

¿Estresada, yo? Sólo un poco. Sin duda no me haría mal un masaje y algo que no sean tallarines con ketchup. Aún no caigo en la desesperanza de hace algunos días, cuando fui a preguntar la fecha de mi examen. Me quedan varios días, más de los que usé para estudiar las veces anteriores. Pucha que me ha costado este asunto. Tercera vez estudiando lo mismo y es como si no fuera a terminar jamás.

Más encima es un tema interesante. Lleno de detalles sobre cómo nuestros abuelitos dividieron al país en dos y las cicatrices se han vuelto hereditarias... ¡A estudiar!

jueves, 12 de febrero de 2009

Pocos minutos antes de las cinco de la madrugada, la luna se queda quieta en la angosta franja de cielo que veo acostada desde mi cama. El cielo despejado permite que la luz blanca me pegue en la cara. No he podido pegar un ojo. Los bostezos son reiterados, el lagrimeo evidencia el cansancio; de espaldas, de lado, boca abajo, abrazando la almohada intentando creer que es alguien que amo, pero nada. Un rato temblando de frío y luego transpirando de calor.

Hambre, aparece ese maldito estado displicente, el que más odio, uno de los que más me desespera. Me suenan las tripas, luz, cocina, jarro, leche, microondas; por ahí dicen que funciona. Tibia, espumosa, silenciadora. Vuelvo a la cama y salto fuera de nuevo, al baño; un buen rato de sólo mirarme al espejo, los ojos enrojecidos y brillantes, los labios secos y algo de alergia en el cuello. A lavar cara y dientes como antes de dormir, como si repetir el ritual engañara mi mente insomne.

De vuelta a la pieza. De vuelta a hacer la cama desarmada entre tantas vueltas. Ya sólo quedaba un trozo de luna en el claro de cielo y Morfeo vagando lejos, en algún lugar donde estuviera recién comenzando la noche, donde las sombras no se estén disipando aún como ya sucedía a mí alrededor.

Una vez más a oscuras. Contar ovejas no sirve de nada; aburre, pero no agota. Tablas de multiplicar, trabalenguas, poemas y oraciones medio olvidadas; cualquier cosa que implique dejar de imaginar, dejar de pensar, dejar de inventar. Repetir desafiando a la memoria todo lo que no implique sentimientos. Pero nada.

Vuelta a encender la luz. El desvelo sólo es útil cuando no hay nada que hacer al día siguiente y se puede ocupar en producir, no en dar vueltas como un asado que no alcanza su punto. Qué hacer. Un libro, terminar ese que ha estado en la mesa por semanas, guardado el final para una ocasión especial. Qué mejor momento para sumergirme en una vida ajena, pensándola mía, olvidando su origen ficticio; como si soñara despierta.

Terminado el libro apagué la luz. Oía ya los pájaros y motores de autos. Alguien en la casa se levantó al baño. La luna ya no estaba, el cielo gris, repetí el abecedario en todos los idiomas que pude, una vuelta más y me vencí.

martes, 27 de enero de 2009


La ventana está abierta y, aunque nunca entra el sol directamente, sí logran colarse unos cuantos rayos, y sus formas reflejan sobre la cama la espesura vegetal del cerro pegado a la casa. Si uno se asoma y mira hacia arriba, sólo puede verse una mínima franja de cielo; nunca suficiente para saber del clima. Sin embargo, algunas noches la luna se queda quieta un momento en ese espacio entre el cerro y la casa, iluminando las murras, los helechos y las enredaderas.


Siempre hay olor a bosque al abrir la ventana de esta habitación. La tierra está húmeda y el sol no evapora jamás el rocío de las hojas. Si se para la oreja, se podrán oír el canto de pajaritos, el correteo de lauchas y uno que otro insecto que vuela o salta entre las ramas.


Esta es la pieza más oscura de la casa, la última, la más pequeña; en verano la más fresca y en invierno la más calurosa. No se oye la calle, ni el timbre, ni el teléfono; y aunque se dejen las cortinas abiertas, no hay luz capaz de evaporar el sueño y por esto, es perfecta para las siestas y para las noches en vela; de lectura, de escritura o de tristeza.


Me concentro en los detalles que no llamarían la atención de cualquiera. Tengo en la mente un revoltijo grande e incómodo, sensaciones que no me dejan descansar, pero que me obligan a buscar refugio en los rincones más bellos y seguros que conozco. Me taparé hasta el cuello con las frazadas y plumones de esta cama, no quiero oírme hablar sola, tan sólo imbuirme en las historias ficticias que leo y creer que estoy segura entre sus tapas.

viernes, 9 de enero de 2009

Cochamó
Maravillada por las miles de postales que he visto en estos días. Imágenes de calendario en todos lados; siempre habían estado allí, pero por alguna razón injusta e inexplicable sólo ahora vengo a percatarme de su hermosura. Será que se me contagia la emoción de quienes nunca las habían visto, será que me alegra mostrárselas a personas que quiero.

La soledad no existe ante la inmensidad; empequeñecidos somos todos iguales, sólo frágiles humanos en la vastedad de la naturaleza. La admiramos, la copiamos, pero no somos capaces de vivir en ella ni bajo sus reglas. Nos comemos sus frutos y la aniquilamos al paso; creamos una sobrenaturalaza ajustada a nuestra comodidad.

No somos parte de ella. Es como si nos hubieran traído de otra parte a vivir aquí. Me cuesta creer en un proceso evolutivo que nos haya convertido en esto, en algo tan ajeno, en algo tan destructivo. Veía hoy en Cochamó la orilla del mar convertida en basural, las pesqueras, el humo de los incendios forestales.

Amo a mi especie porque es capaz de amarse, porque es conciente de sí y de otros. Preferiría dedicarme a la filantropía que a la ecología y, aún así, termino siempre sintiéndome avergonzada de nuestros actos; cuando nos limita lo básico, cuando ejercemos esa irresponsable capacidad de hacernos los tontos…