The time is gone, the song is over...

martes, 30 de septiembre de 2008


Quiero un feriado, un masaje, una copa de vino. Una copa de vino dulce, muy helado y unos quesos y unos tomates. Quiero una noche con estrellas, una mañana en la playa, repetir ese paseo a las cascadas. Sentir el olor de la tierra mojada y cruzar riachuelos sobre troncos llenos de musgo.

No me puedo concentrar, no paro de asombrarme de lo rápido que pueden cambiar las cosas. Cómo, de un día para otro, se nos olvida quienes somos; cómo nos damos cuenta de que no podemos conocer a los demás. Somos universos cambiantes, colectivos en movimiento.

Quisiera dormir un año y despertar con amnesia. Sin el saco de recuerdos, olvidados los rostros y los nombres. Dar la oportunidad a mi mente de reescribirse, dejar que me cuiden como a un niño, volver a la completa inocencia.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Viernes

Me preguntaba, cómo es posible un día tan bipolar. Comienza con una pésima noche y una mañana (obviamente) adolorida. Estoy enferma, pero no daré detalles de mis variados males. A medio día una visita sorpresa, los que me conocen sabrán que odio las visitas sorpresa, odio que dispongan de mi tiempo; sea quien sea.


Un castillo de arena, un viernes que empezaba como cualquiera. Después de clases, otra visita, acordada desde el día anterior, respetando lo que me acomoda. Un regalo, el mejor regalo que me han hecho en mucho tiempo; un libro, ya bien avanzado, lo comentaré cuando lo termine.


Un paseo, un paseo a un lugar tanto o más feliz que Disneylandia y yo ahí, con todas las personas con que quería estar. Pasándolo regio con mis yuntas, dispersando el ello, como suelo decir, dejando que la chicha con naranja nos haga felices, que el humo no moleste para nada y que cantar sea lo único que importe.


Debo decir que aprendí a sumar. Debo dejar de ser tan ingenua. No confiarme. Estos son los momentos en que me acuerdo de J, que dice que no cree en nada. O en mi madre, que dice que todos son buenos, hasta que se vuelven malos. No tengo ánimo de tener ánimo, ni ganas de tener ganas, volveré a lo de siempre, a la soledad que nunca me abandona por completo.


Como siempre… y no lo olvide jamás. El dolor inspira y es más profundo porque enseña, porque te hace crecer. No le tema al dolor, que es parte de la vida. Pagaría por que alguien me lo hubiera demostrado antes, antes de impregnarme de tristeza en esos años mientras crecía. No me daba cuenta de la riqueza que se acumula en cada desencanto, en cada frustración.


La Llorona, esa soy yo. La que lagrimea con los comerciales de Clos de Pirque y que no puede estar más depre en días de Teletón. Con una diferencia a cuando era más chica, o más perdida, o más confundida; ahora sé que tiene que pasar. No hay mal que dure cien años, ni tonto que lo aguante y tonta si que no soy. Ahora lo digo en serio, Next!

domingo, 21 de septiembre de 2008

Boys (Summer Love) - Sabrina



Hoy, 21 de septiembre, comienza la primavera; una estación intermedia que, como el otoño, tiene esa mística agradable de calor y brisa fresca (al menos en esta zona del país), lo que me encanta. Los días serán más largos, las noches más tibias y, sin darnos cuenta, el año se va yendo.

Hoy, un día despejado, de canícula si tengo que usar una palabra rebuscada, pero precisa. El aire está espeso, bochornoso, de seguro insoportable para los acalorados, pero para mí es ideal. ¡Ojala tuviera donde echarme a hacer fotosíntesis! O me agarraran de un ala para llevarme a la playa.

Ya me estaban matando las heladas; manos secas, labios despellejados. Es tan fácil llorar de frío, es tan fácil sentirse sola cuando te acurrucas a la almohada y la ansiedad friolenta pide calorías provenientes de aceites hidrogenados, carbohidratos y alcohol.

Qué mejor que salir de noche sin chaqueta, usar sandalias y falda sin medias. Que lleguen pronto los duraznos, las frutillas y las papas nuevas. El olor a coco de los bronceadores, los paseos y las noches estrelladas. Que se haga la luz. Compremos Chocolito, Chirimoya, Piña.

Así dan ganas de comer fresco, tomar más agua y hacer ejercicio. Motívese con el video, que la charcha no le impida usar bikini y si se da la oportunidad tome sol en topless que es más rico. Ya se viene la Navidad, el Año Nuevo y todo un verano. Que este sea el último esfuerzo para terminar bien el año.

sábado, 20 de septiembre de 2008


Nuevo día bajo el sol. Me alegran estos rayitos tibios, algo de luz entre tantos días helados. Necesito animarme o quizás necesito que me animen; uno se cansa de sonreír por sonreír, sin razón, porque sí, por la felicidad ajena y volverse egoísta con uno mismo es ser imbécil.

Y mi vida. Tiempo que no comento peripecias. Qué puedo decir. Fui al traumatólogo (que hombre más guapo) y resulta que tengo una pierna más larga que la otra, por eso me duelen tanto los pies y se me deformó un dedo; por lo mismo, debo tomar antinflamatorio y no puedo volver a usar mis viejas y adoradas Converse, ni ningún zapato que no sea ultra ancho.

Pasé el 18 en Viña, con la familia de P. Ha sido una semana infructuosa en lo intelectual, pero positiva en el descanso físico. No quiero que empiecen las clases, para ser sincera no tengo ánimo, con la cabeza en otra parte, con el corazón a latiendo inconstante, buscando algo desconocido, esperando nada.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Inicio de Transmisiones Canal 13


Para todos los nostálgicos...
En el verano, cuando me levantaba temprano en la casa de mis abuelos (en mi casa sólo teníamos TVN), me encantaba ver al 'angelito'. Disfruten.

Me voy a la playa!

viernes, 12 de septiembre de 2008

Balance Semanal


Una semana que se ve light no será necesariamente tal. Y claro, lo aprendido es que uno no debe fiarse de las expectativas, en especial cuando son favorables, porque en el último instante todo se puede ir directamente a la mierda y salir para atrás. Mi consejo: haga lo que pueda por salir lo menos trasquilado posible, aléjese de esa visión idealista, esa que le permite guardar en el fondo de su coranzoncito algo de esperanza para la humanidad y vuélvase realista o si le resulta más fácil sea apocalíptico, piense que nuestro destino es la extinción inminente y ya.

Me retracto, puede que la vida sea una porquería (...el mundo es y será una porquería...), pero si nos deprimimos todos será aún peor (no habrá loquero suficiente para tanto drama). Mejor evádase, cómprese una garrafa de chicha, un cartón de cigarros y enciérrese a ver comedias románticas, pero gringas sí, de esas llenas de gente linda con problemas amorosos que siempre se solucionan.

¿Mi terapia? Mi receta es privada, pero aconsejo audífonos y calle. Recorrelas y memorizar la ciudad hasta estar tan cansado que pierda sentido la depre. Caminar, caminar, caminar y entrar en los boliches y calmarse solito no más. Llorar hasta sacar la última gotita de desilusión y escribir, como ahora, como si esto le sirviera a alguien más.

domingo, 7 de septiembre de 2008


Más de 1.000 personas han visitado Londres36 (incluyéndome) desde que puse el contador en febrero (esquina inferior derecha). Supongo que es poco si se piensa en toda la población de habla hispana que tiene acceso a Internet, pero grande para alguien como yo, que aspira a tener un espacio en los gustos de las personas; estoy muy agradecida de todos los que se dan el tiempo de leer(me) y en especial de los que contribuyen a hacer más rico este blog con sus opiniones y comentarios.
Espero que lo sigan disfrutando, que lo sientan también suyo, que sea un espacio para decir lo que se quiera decir libremente. Saludos a todos, les desea lo mejor

Londres36

So Sorry - Feist



No haré comentarios sobre la nostalgia que ha salido por mis poros en estos últimos días. Me estoy deshidratando, de ansiosa como empanadas y completos a destajo y puede ser que este sol me esté deprimiendo tanto como las nubes del invierno. Recuerdo entonces a un loquero que me dijo que si estaba mal, cambiar de ambiente no lo solucionaría; aunque quizás lo postergara un poco; es decir, hay que enfrentar el miedo y no correr en otra dirección.
Escapismo al máximo; traigamos a la mesa las copas, los platos, rebozantes, perfumados. Yo destapo la botella y por favor, préndeme un cigarro mientras revuelves eso. Se me pasa por encima el tiempo, queda ya tan poco para planear, para hacerse por fin realista y adulto.
Yo quiero aprender, quiero vivir, quiero volar. No tengo alas, ni de plumas ni de mariposa. Ignorante, ingenua, insignificante. Llorona, demasiado llorona. Decido por la honestidad, por el respeto, en primer lugar, a mi persona; porque tengo derecho a ser quien soy sin reprimirme, porque eso es lo que me ahoga, no ser yo por miedo al rechazo, a la crítica. Y ¿Qué me importa lo que opine el resto?, me importa, me importa cuando no es 'el resto', cuando son los que son parte de mí, de mi vida, de mis circunstancias.
No me importa lo que piensa la vieja peladora de la esquina (metafóricamente aplicable a cualquier sapo). Sí me importa no decepcionar a los que amo o hacerlos sufrir; las veces que así ha sido no fue a voluntad. Pero es probable que lo siga haciendo, aunque no quiera, aunque sufra yo también por herirnos.

jueves, 4 de septiembre de 2008


Qué tarde la de ayer. Un exceso que valía la pena por la ocasión. Haciéndonos de todas las formas de evasión que pudimos costear (pisco sour, helado, papas fritas y muchos cigarros), nos fuimos poniendo más sentimentales. Es mejor así, llorar de borracho son lágrimas que a penas se recuerdan al día siguiente; se evade mejor si hay menos conciencia de ello.

Hoy, como se imaginarán, no estoy al cien; pero me he mantenido en pie todo el día, lavando, limpiando, cocinando. Incluso hubo un momento en la tarde en que pude relajarme con una película, algo que no hacía hace mucho por falta de tiempo. Vi ‘Todo sobre mi madre’ de Almodóvar, ya es como la quinta vez, pero todas las otras que me tincaban estaban en otro formato.

Obvio que lloré con la historia de los ‘Estébanes’, aunque en estos días lloro hasta con el comercial de Clos de Pirque. El resto del tiempo pegadísima aún con Feist. Un día de juguito y mucho comer.

martes, 2 de septiembre de 2008

Mariposas - Silvio Rodríguez



Qué maneras más curiosas
de recordar tiene uno...