The time is gone, the song is over...

sábado, 25 de octubre de 2008


OK basta de dramatismo. No hay mayor comodidad que la tristeza, por muy justificada que sea. Todo se resume en el miedo, la constante de temer al futuro, la odiosa incertidumbre a los hechos que, de alguna forma, soy capaz de presagiar como frustrantes.

Llevo tiempo consciente de lo que debiera hacer. De cómo recetarme días con más color. Al menos ahora controlo mejor las ganas de volverme polvo y con suerte ser sólo un recuerdo remoto para mi generación. Algún día quisiera ser testigo de nuestra trascendencia; que haya algo más en la vida que promesas terrenales.

No aguanto este nerviosismo, esta necesidad de recibir una señal. Sé que no me estoy volviendo loca, los locos no se dan cuenta. Es sólo que he perdido orientación (¿alguna vez tuve?). Necesito normalidad (whatever that means).

Apelo a la intención y no al cambio a través de ella, aún cuando pueda considerarse el primer paso. Incrédula, desconfiada, insegura; que nada de eso afecte mi razón; rezaría por ello si tuviera fe. ¿Quién soy yo para saber lo que quiero? Nadie puede tener menos claridad al respecto que uno mismo, envuelto en emociones y subjetividad, que es lo único que finalmente cuenta cuando actuamos.

Me falta tanto, nos falta tanto para ser civilizados. Para ser buenos. Somos más animales que los de cuatro patas, menos nobles, menos talentosos. Necesitamos destruir lo que nos ha sido dado para crear, porque lo único valioso en los seres humanos es la capacidad de razonar; sin embargo, preferimos sentir y dejarnos superar por las pasiones.

No me estoy conformando, no estoy siendo feliz, nada parece llenar tantos agujeros. Pensar resulta en sentir, sentir en enfermar, enfermar en dolor, dolor en tristeza y al final en nada; ese vacío en desinterés, en soledad, en amargura. Yo no quiero eso; quiero una razón más grande que yo, porque no siempre puedo sola; apoyo.

Mi enérgico ¡no al drama! terminó en un patético discurso fatalista. Sumemos ahora la inconsecuencia. I need a break.

lunes, 20 de octubre de 2008


Demasiado confundida para escribir. Empequeñecida, apretada, adolorida. No fluye fácilmente la sensibilidad a mis dedos, a estas teclas. No me queda más remedio que traducir mi pensamiento así, tal cual, sin medir. Tengo prueba de Ética mañana, hoy me la pasé entre el hospital y la cama y he vuelto a soñar la luna con cinco fases en lugar de cuatro.


Si bien cuesta a algunos entender e intentan bajarles el perfil a mis días ansiosos, debo decir que el chocolate y los cigarros no calman el palpitar agitado de mi corazón; porque a veces siento miedo, de los otros, y de mí. No puedo evitar odiarme cuando se refleja en mi cuerpo toda esta maldad.


Evito mentirme, tengo las cosas bastante claras, trato de ser consecuente y sincera. Pero fallo; fallo no sé por qué. Olvido mi propia experiencia; me encierro en ideas pequeñas y oscuras; me dejo llevar por el momento, me vuelvo egoísta; insegura, ingenua.


Solía caminar unas horas, con la música fuerte en los audífonos. Pasar a comprar caramelos y me paseaba por las calles del centro, sentándome en sus plazas, leyendo las inscripciones de los antiguos edificios y monumentos. A veces me iba a Bandera y me compraba un pañuelo. Otras, partía hacia San Diego, a ver libros. Hoy ni siquiera me dan ganas de eso.


Son las próximas semanas y un mes entero enferma de mil cosas. Los siguientes serán días complejos; estoy asustada, ansiosa, nerviosa, complicada, enojada, triste, nostálgica, cansada, fea, confundida, sorprendida… Y no sé qué hacer para ordenarme, racionalmente, volver a ser la que suelo ser desde que de di cuenta que podía vivir.


Me quiero escapar otra vez, pero ese es un lujo que no puedo darme.

viernes, 17 de octubre de 2008

Bajas defensas, ya no sé qué hacer para volver a mi estado normal. Ya parezco en pleno proceso de mutación y casi no reconozco mi cuerpo. Estos tendrán que ser días de descanso y estudio, encerrada, bajo llave, intentando no volverme loca. Necesito a mi mami...

domingo, 12 de octubre de 2008

Spaghetti ....


Mmmmm, Spagheeettiiii.... - Funny home videos are a click away

No he tenido mucho tiempo para escribir, ya leerán más. Por mientras, disfruten este excelete video en Stop Motion! Thanks D.

domingo, 5 de octubre de 2008


Esto de estar medio resfriada me quita los superpoderes; me agota el espíritu, porque pareciera que de ahí viene la tos y la voz ronca; el malestar se aloja tan profundo que ha permeado mi alma y es como si en cada estornudo tratara de escaparse. Si a esto agregamos los tormentosos últimos días, debo admitir que estoy transformada en un merengue blandito, una mezcla lejos de su punto, sensible al movimiento y a la luz.


Me pongo a escribir en la calle. Hace años adquirí la costumbre de traer conmigo libreta y lápiz; antes de tener el hábito perdía ideas o hacía limitadas redacciones en boletos de micro y servilletas. Es que la inspiración aparece y hay que agarrarla fuerte de la cola, que es lo único que muestra, y es que brota en cualquier lado, a cualquier hora, sin anunciarse. Para ver su rostro se le debe tentar.


Por eso llevo conmigo los apuntes, las ideas brutas trazadas casi sin mirar, con la letra horrible de mis pasos callejeros y suelen quedarse ahí, entre las tapas de una libreta pequeña. Las voy guardando todas, se llenan rápido y pasan a la colección. Esas palabras son el registro de un estado, de un cambio de humor o de una historia inspirada por algún transeúnte; las conservo para el futuro, para cuando pueda realmente sentarme a escribir.


Qué sería de mí sin esta ilusión de una catarsis; sin desprenderme, en apariencia, de mis días comunes, pero ricos al fin. Estos minutos son los que más atesoro, porque puedo esparcirme sin los límites de lo físico, porque aspiro a ser libre, porque me hace feliz.