Víspera del día del Joven Combatiente, cero opción de salir ¿a tomar el (un) fresco? Cantando ‘Poison Heart’, con unas tremendas ganas de salir a caminar y pegarme una vueltecita por los antros de por acá cerca con M, mi yunta parrandera. El problema está en no saber si los cabros se pondrán a tirar piedras o no y como nuestros recorridos suelen ser por “el Bella” puede ser demasiado arriesgado.

No me motiva mucho esquivar chorros de guanaco, ni tener que correr, ni que me pueda llegar una piedra; de todas maneras prefiero las manifestaciones pacíficas, algo como encadenarse en pelotas a la entrada de la Moneda, ser un poco más original que las clásicas molotov y sin poner en riesgo la integridad de otras personas.

Sigo muy pegada escuchando a Kimya Dawson y sus canciones que suenan a ronda infantil, pero que mandan a la cresta a Bush y a la guerra de Irak (Loose Lips). También estoy en una sintonía totalmente PRO con Air (los franceses del Soundtrack de “The Virgen Suicides”), suena Le Voyage de Penélope, quizá demasiado cadencioso para estar sola en casa.

Si tan sólo pudiera entrar a Messenger… mi Internet es una porquería, Movistar es muy malo. Esa es mi razón de protesta (además del "brillo" frustrado), pero me estoy cansando de ir a alegar sola. Por último, ‘Anyone Else But You’ de los Moldy Peaches, otra de esas que suenan demasiado naive como para decir algo profundo, pero logran transmitirlo igual.

PS: Christina Rosenvinge es un buen tip dentro de la misma corriente musical, pero con ventaja (en vez de post script digamos que es el ‘post subjetivo’)