Mi hermana y yo llevamos un par de días haciendo chocolates; solía hacerlos nuestra mamá un par de veces al año para aumentar los ingresos familiares, pero hace años que no se dedica a eso, ni siquiera soporta el olor. Las recetas son originales y la fábrica (nosotras en la cocina) realiza todo el proceso productivo, desde la elaboración del producto hasta la confección de cajas. Mamá se ha dedicado a las Relaciones Públicas (llamar a la clientela: parientes, amigos de mi Opapa y conocidos varios), mientras nosotras revolvemos ollas, cortamos planchas de chocolate y pegamos cajas.
Yo, que pasé la mayor parte del tiempo en la cocina, me las di también de DJ. Mi amiga S me grabó un CD con todo tipo de música, deben ser unas cien canciones (quizá más); el asunto es que empezó el día con Kusturica, luego Oasis, Gwen Stefani y las Spice; todos empezaron a verme raro cuando apareció Rammstein (a todo volumen), resulta que hasta me sé trozos de algunas canciones, creo que ya pensaban que volvería a mis raíces poco ortodoxas en cuanto a lo musical. A la hora de limpiar (es decir, lavar una torre de ollas, espátulas, latas y recipientes chorreantes; además de fregar muebles salpicados y trapear el piso), puse a los Smashing Pumpkins, por alguna razón, a pesar de que me fascina la voz de Billy Corgan, nunca tuve un disco de ellos, ni siquiera una canción entre mis playlists.
Disfruté el trabajo, el cansancio no importa cuando hay recompensa de labor realizada rápido y bien, y que además, involucra un par de pesitos para ponerse al día con las cuentas del depa. Ahora sólo falta terminar de vender y envasar la mercancía. Por el contrario de lo que se pueda pensar no he probado bocado, imposible comer chocolate si lo estás haciendo; esta Pascua será hiper light.