The time is gone, the song is over...

lunes, 9 de junio de 2008

Silencio en la corte


Viviendo en una ciudad tan ruidosa es extraño que haya momentos de silencio absoluto, por no decir que simplemente no los hay. He recorrido las calles de Santiago a toda hora, por distintas comunas, de día y de noche, muchas veces a pie y siempre atenta a lo que sucede a mi alrededor.
Está claro que no puedo comparar la tranquilidad sureña, pero sus calles mal iluminadas y solitarias me hacen también desconfiar. Nunca sola anduve tranquila, ni aquí ni allá, pero muchas veces caminé amparada por un cigarro y la música de turno en mi mp3. Al menos las noches despejadas del sur tienen estrellas, las que vistas desde una playa solitaria a los pies del volcán, brillan por miles salpicadas en el cielo.
Si me quedo muy callada no necesito ser acuciosa para oír, no tan a lo lejos, motos, micros, autos, borrachos, sirenas y perros. Sin embargo, mi tímpano no vibra por todo; siempre he tenido la capacidad de poder dormir con ruido o con música, lo que es casi virtuoso, pero de día es un poco más complicado.
No puedo estudiar si hay demasiado show afuera, o con la tele prendida como mi amiga M. Pero también adoro contextos estridentes como conciertos, desfiles y fiestas. Supongo que al ser la audición no sólo un proceso fisiológico, sino psicológico, que implica interpretar sonidos y, por tanto, tomar conciencia, es posible pasar por alto la bulla más recurrente.
He leído que Marshal McLuhan, en su Teoría de la Percepción, señala que la imagen sonora debe ser reforzada a través de otros sentidos. No porque ésta sea débil, sino porque la percepción humana depende mucho de la percepción visual y la audición requiere que la vista confirme lo que ha percibido. Enhorabuena por los ciegos, ya que logran desarrollar mucho más este sentido.
Si bien carecer de silencio en la vida, momentos de reflexión en el más puro y mudo recogimiento, puede volvernos algo locos, también es posible inspirarnos, hacer que nos demos cuenta de una carencia o un exceso, hacernos tomar conciencia de la contaminación acústica en todo Santiago.
Yo me evito el stres (como tantos otros) enchufando en mis orejas audífonos que aíslen de mi mente el ruido y hagan disfrutar a mis sentidos del viaje a la u, la ida al súper o las mañanas de trámites burocráticos (Por estos días oigo al Chojín, The Postal Service y a los Ex) . Digamos que me las manejo; pero es inevitable verse afectado y muchas veces desear estar en una playa desierta, mi computadora y yo; ojala con vino y queso inspirador; un poquito de tranquilidad para variar.
Así llegó a mi cabeza ese viejo juego infantil de llamar burro al próximo en hablar y me imaginé asnos, mulas y al pobre Pinochio al volverse un orejudo; además de la clásica parada de carro: ¿Por qué no te callas? del Rey Juan Carlos y canciones como Don`t Speak de No Doubt y las miles que aparecen en el Ares cuando pones 'Shut Up'.
El silencio no parece ser mi fuerte (ni mi destino); la oración me aburre y me desconcentro en las meditaciones. En casa hablo sola siempre y soy lo peor para quedarme callada cuando tengo una opinión. Así, el silencio y la solemnidad no van conmigo, me agrada a veces, pero me aburre más. ¿Será que estoy destinada a ser el burro?

3 comentarios:

comentariohablado dijo...

el silencio.
que rico es sentir eso.

besotes amiga!

Anónimo dijo...

johnny dice:
acabo de terminar de ver juno (aunque los subtítulos fallaron un poco y eso me hizo "prácticar" mi nivel de inglés) y enrealidad no me gustó en exceso, recordé mucho de lo que escribiste hace algún tiempo .. la banda sonora fue lo que más me atrajo y estoy tratando en estos momentos desesperados de insomnio de bajar el disco (también me distraigo leyendo cosas por ahí), espero mi tarea tenga finales felices y pueda dormir escuchando a the moldy peaches (porque yo también tengo la capacidad de dormir con ruido, es extraño a la vez porque el oído se agudiza cuando vas cayendo a la cuasi muerte onírica, todo es desagradable hasta que se bloquea el conciente) prosigo en la búsqueda de entretención nocturna (suena casi a sexopata) .. te haré saber si dio resultado.

pd:si, pero yo creo que (casi)todos somos el burro


jp

londres 36 dijo...

Hey Johnny! Tal parece que somos varios los pájaros nocturnos, ayer me quedé hasta las 5.30 am editando una entrevista. Te recomiendo unas pelis tripeadoras: 'You and Me and Everyone we know' de Miranda July; 'Il Casannova' de Fellini y 'La Danza de los Vampiros' de Polanski.
Feliz de que con tantas opciones de 'entretención nocturna' visites mi blog. saludos!