Qué hacer cuando la vida te mueve el piso como menos lo esperabas. Un pasado, una realidad prácticamente inefable golpeando sienes y corazón. Sentirse solo es parte de la vida al fin y al cabo, sentirse individuo respecto de otros; sin querer, sin desearlo.
Golpes. Piedras que tiramos, que devolvemos con fuerza o que impactan en nuestros cuerpos en un tiro al blanco demasiado ajeno y cercano a la vez.
Tiritando de miedo bajo la lluvia, brotan en mi piel las semillas de la realidad. Ser digna, ser alguien, ser yo... no son lo mismo. Me duele. Me cuesta. Me quiero escapar. Amor, vida, derechos...conflictos sin resolver.
martes, 17 de julio de 2007
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